
La posibilidad de llevar a cabo Terapia on line, la psicoterapia a través de diversos medios telemáticos, se viene planteando recurrentemente. Como modo de iniciar la reflexión sobre el tema, propongo partir de la pregunta: “¿y por qué no el amor on-line?…”
No, no es una salida de tono: Entiendo que dos personas deseen mantener el contacto virtual cuando no pueden mantener un contacto real. Pero cuando alguien elige esa vía como primera opción, sea para amar o para tratarse, me causa muchas preguntas.
En nuestro entorno, hoy no es complicado encontrar un terapeuta en una distancia razonable, y dar el paso de asistir a tratamiento a través de una relación «de verdad», una relación en la que uno se expone, es un ingrediente fundamental de la cura. Entonces, ¿qué ocurre si de entrada es posible evitar ese contacto, mantenerse agazapado delante del ordenador, jugando con la proyección y la fantasía que tanto potencian las redes sociales?
En Psicología Clínica hay distintas maneras de entender el tratamiento. Algunos psicólogos lo entienden como una psicoeducación, aportación de conocimientos y guía de conducta, de manera que la vía de trasmisión no es tan importante y la terapia on line es una posibilidad. Otros profesionales entre los que me cuento, consideramos que la psicoterapia no consiste en trasmitir un saber objetivo sino en llevar al paciente a producir un saber subjetivo, un descubrimiento progresivo de sí mismo como base del cambio. Y para ello, al igual que ocurre en una relación de amor, la dimensión de la presencia, la experiencia real de encuentro con el terapeuta, es fundamental.

Rafael Pareja Flores